Las "Veras Efigies" son representaciones más o menos realistas de alguna imagen a la que se le tiene gran devoción; al no poder tener el original, se tiene una copia de la verdadera imagen, expresándole el mismo cariño y fervor. En definitiva, son reproducciones que podemos encontrar tanto en iglesias como en ermitas o casa particulares.

Así, desde los inicios de la historia, las "Veras Efigies" han sido algo común en la Historia del Arte, por lo que con mucha frecuencia las encontramos en nuestras Islas y en obras tan significativas como el Cristo de La Laguna, la Virgen de Candelaria, la del Pino, la de las Nieves o la de los Remedios.

En este pequeño estudio que hemos realizado, y del cual todavía queda mucho por descubrir, nos vamos a centrar en las reproducciones que a lo largo de la historia se han hecho del. Crucificado que se custodia en el convento de San Miguel de las Victorias. Hay que decir que tanto las obras anteriormente citadas como otras muchas han sido espejo de especial reproducción no sólo para los artistas de nuestras Islas, sino también para los venidos de lejanas tierras.

De esta forma vemos cómo con frecuencia aparecen obras o "Veras Efigies" del Cristo lagunero: así, en la isla de los volcanes (Lanzarote), concretamente en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Teguise, encontramos una espléndida reproducción del Cristo en sus dependencias. Se trata de un óleo sobre lienzo de gran formato donde destaca el rico colorido de la obra, sobre todo, los ramos de flores que flanquean la sagrada imagen. Un cuadro que posiblemente fue realizado a lo largo del siglo XVIII, debido a la bonanza económica que permitió un rico legado artístico en esta población y que a diferencia de las restantes presenta al Crucificado no muy realista en su cruz de plata con un damasco rojizo de fondo y la rica basa de plata sobre la que se alza la imagen, y unos ricos candelabros de plata como una especie de escalera que se enriquecen con unos claveles rojos. En la iglesia de los Remedios, en Yaiza, una pintura de la sagrada imagen remata el altar de Ánimas. Ésta guarda mucha relación con las que encontramos en nuestra isla, como por ejemplo, la imagen del "morenito" en la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia (Puerto de la Cruz), situada en el ático de la capilla de San Patricio, patrón de la comunidad irlandesa establecida en el norte de la isla; o el de la iglesia de San Agustín de La Orotava, similar a la del ex convento de San Pedro de Alcántara en Santa Cruz (hoy iglesia de San Francisco), donde una efigie de la imagen lagunera aparece en la calle central del segundo cuerpo del retablo de la Virgen de los Dolores.

En todos ellos la talla del crucificado aparece en su trono de plata delante de un damasco rojo con cuatro ramos de rosas a sus pies, concretamente en su basa de plata. Se trata de obras que podríamos datar en la segunda mitad del siglo XVIII y todas ellas son muy similares iconográficamente al mural que en el año 1995 pudimos ver en el cartel de las Fiestas del Santísimo Cristo, con el Crucificado en su trono delante de un damasco rojo, presentando así las típicas características de este tipo de pintura. Se trata de óleos sobre lienzos anónimos, pero que tuvieron que ser realizados por grandes artistas, debido a la maestría en sus detalles y a su calidad. En dicho cartel y en la pintura de la iglesia de San Francisco, en Santa Cruz, destacan los ramos de flores que salen de las coronas de las palomas de plata que decoran la basa de la imagen. También destacar los dos cuadros que encontramos en la iglesia de la Concepción de La Laguna: uno en la propia iglesia, concretamente en la nave del evangelio, de mano anónima y que representa al Cristo cuando, debido a unas lluvias, tuvo que permanecer en el palacio de los Condes del Valle de Salazar durante algunos días. El otro lo encontramos en las dependencias de la parroquia. Aquí aparece la efigie en su cruz de plata procesional delante de un damasco de color rojo intenso. Ambas obras datarían del siglo XVIII.

Otras pinturas referidas al Cristo de La Laguna son las múltiples que se encuentran en el convento de Santa Clara. Así, en el segundo cuerpo y calle central del retablo mayor aparece un Crucificado muy similar a los anteriores, claro reflejo de la devoción que se tiene por esta imagen llegada de los Países Bajos. Otro sería el que representa la comida en la Porciúncula. Ya en el interior del convento encontramos numerosos cuadros, en total cuatro, donde todos a excepción de uno siguen las mismas características. Además de estas pinturas, existen dos cruces, siendo una de ellas, además de la más antigua, la de mayor tamaño. La menor posee, al igual que la anterior, la imagen del "morenito" pintada y es muy similar a otra que se conserva en el Museo de la Esclavitud.

Para Carlos Castro Bruneto, según afirma en el Anuario del Instituto de Estudios Canarios de 1999, la obra paradigmática de este modelo iconográfico canario es el lienzo donde vemos al Cristo de La Laguna entre San Francisco y Santo Domingo, que se encontraba en la desaparecida iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en Buenavista (una obra anónima del siglo XVIII).

Ya más cercanas en el tiempo son los dos lienzos del Crucificado que están en la ermita de San Francisco de Paula, en Valle de Guerra, obras pintadas en los años 60 por don José Vicente de Buergo y Oráa, quien también pintó el cuadro que se conserva en la sala de juntas del convento de San Miguel de las Victorias.

Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que se trata de una imagen de enorme devoción; y esto es lo que ha hecho que numerosas per-sonas hayan querido tener, bien en la iglesia de su pueblo o en su propia casa, una reproducción, o sea, una Vera Efigie del Cristo lagunero.

Antonio Fco. Regalado Díaz

Historiador del Arte